viernes, 8 de septiembre de 2017

Poesía bajo amenaza

Hablo bajo la inminencia
de un susurro que viene del costado.
Mi pueblo,
puede estar en cualquier parte.
No es un mapa, un estandarte
legado por la historia.
Tiene un ultimátum,
como ese beso alargado
que no termina de explotar,
indiferente,
aliado de un amor así nomás.
Aprobé la materia del miedo
ahora que más la necesito
cuando el odio se transforma
en un peatón,
en sobremesa de café,
cuando el indígena llora callado un rostro
 o vuela entre la etnias
una mariposa eterna.
No pienso renunciar a las calles,
ni a las palabras frente al puerto
cuando baja el sol,
más allá de las flores.
Caminaré hasta el puente
por el costado,
si es necesario,
como una prudencia para miedo tonto,
con el susurro en la espalda.
Y con la misma vueltita de alondra,
la que acostumbro siempre,
me  llevaré al pueblo,
a cualquier parte,
a mi  lugar seguro,
que es un banco frente al mar,
donde vi muchas gaviotas
entre los barcos.



Claudia Brancati
Fotografía de Roshanak - Kabul Afganistán 2002


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