jueves, 28 de octubre de 2010

Postura de cobra

 A veces me inclino
rápidamente ante la ira
en postura de cobra.
Apoyo el cuerpo y las palmas
en la superficie
piel con piel.
Levanto el pecho y la cabeza,
disparo el mentón
hacia un posible beso
que libere a mis glándulas
del peso del enojo
y permanezco en postura
a la espera que el oído
autorice la palabra.
Si hay vía libre a los sonidos
los transformo en danza
y ya liviana mi garganta, ríe.
Si acaso por ausencia de paz
o por soberbia
no encuentro respuesta,
intento mil de milenarias posiciones
o invoco al olvido
y me entrego para que éste,
a su antojo,
me acaricie la cabeza.
Luego me alejo del suelo,
despego las palmas,
Osor. Pueblo de Girona.
enderezo la espalda
y abandono el dojo.



2 comentarios:

Rafael Pavón Reina dijo...

Fantástico. Besos.

Claudia Brancati. dijo...

Gracias Rafael es un honor tenerte por aquí!! BEsos

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