Se llevó aquel vestido
de guerrera amazónica y la fuerza para llegar al objetivo.
Cómo volver a la lanza
me pregunto cada mañana.
De a poco,
me digo,
con pequeñas metas
como no perder el tren
por ejemplo,
entonces corro,
atravieso el Arco del Triunfoescuchando
No, Catalunya,
después de este amor
siempre voy por la escalera y de paso me miro en los paneles
de alumnio
por si acaso se me lleva
alguna otra cosa
y doy la vuelta.
Llego a tiempo
y una magdalena aplastada
me premia desde el bolso.
Ya en la ventana
apoyo la cabeza
apoyo la cabeza
y en dónde quedarán las lanzas
después de una tormenta.
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