en dos mil fotos.
Se quedó entre las formas,
las líneas y sonrisas mudas.
Me mostró el lado ambiguo
de los bancos: la espera.
Y me encontré sentada
en una y mil plazas
por las noches, en silencio,
tratando de explicarle en colores
que el amor no admite encuadres.Amó con la fuerza
de los grises
sólo el arte de mirarme
y en una y mil plazas
en silencio
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