miércoles, 27 de enero de 2010

Restos de membrillo

Acomodo el frasco
en el que dejaste
mermelada de membrillo,
los restos de ese vino
y la infusión de caléndula
que no usaste,
y me voy
sorprendida
sin saber por qué me voy sorprendida
de lo cotidiano y repetido.
Si entrar en la calma
no era cotidiano y repetido.
Era como entrar a un lugar nuevo
sintiéndose nuevo,
pero somos viejos conocidos.
Me voy sin darme cuenta,
sin mirar a los costados,
por las dudas.
Como en el aire
pero abrazándote igual,
besándote en los restos de ese vino.
No entiendo
lo del frasco en la nevera con membrillo
si no estás y si me voy.
Yo pensé que ya el membrillo,
que ya el vino en la nevera,
que ya vos.




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2 comentarios:

Alfred dijo...

Simple, claro, cotidiano, bello, bello, bello!!!
Desde Málaga.

Claudia Brancati. dijo...

Hola Alfred, gracias!!!

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