Osor - Catalunya |
memoria de un día,
confiaba en sus vendas
y entonces reía.
a veces pensaba
que el tiempo
limpiaba la mugre
y que sus ojos guardados
a modo de puente
unirían cubo con dados,
como una manera
más justa y decente
de mezclar la vida
sin el amor
como simple amuleto,
más bien como mano
con fuerza de reto.
Pero nadie muere
definitivamente en un día
si no ve,
y en tiempos de vientos muy quietos,
tampoco la mariposa.
Entonces vuelve diferente,
a modo de legión,
sabiendo que la mugre
de cualquier rincón
se limpia con la propia oscuridad.
no teme al derrumbe,
deja las vendas sucias,
chorreadas de mil y un escenarios,
desdibuja unos puentes,
de lejos espía
y sale.
Por fin sale
a ser lo que debe ser,
memoria de un día.
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