ni siquiera por uno mismo,
están ahí
y yo confío en ellas.
Confío en el aire que no pasa por los pulmones,
en el nudo en la garganta,
en el enfrentamiento rabioso con la introspección,en las heridas que llegan para todos,
en el encuentro inevitablecon cada uno de los pasos que damos.
La justicia no se pide entre nosotros,
no se menciona,
es como una luz que un díase enciende sola
adentro
y nos paga un café con el espejo.
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