martes, 21 de diciembre de 2010

El momento ese en que me vi.

Cada día
los días
me dieron algo bueno
para hacer por alguien,
un par de intentos por cambiar
algún que otro rumbo equivocado;
me dieron también soledad
de la querida y de la otra,
me dieron silencios
y ya no como instrumentos
de castigo,
silencios normales.
Me dieron el momento ese
en el que, haciendo nada,
me vi
y me quise por completo.
Y todo esto empezó
cuando dejé de esperar cosas,
cuando dejé de buscarte
entre promesas baratas
y filosofías sobre el bidet,
todas hijas de las lágrimas.
Voy dejando de buscarte
un poco porque no te encuentro
y no es  que me cause gracia,
apenas cierto grado

Puerto de Barcelona
de serenidad
y algunos descubrimientos.

1 comentario:

Rafael Pavón Reina dijo...

Muy hermoso. Me reconozco en tus palabras. Un saludo.

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