el agua despeja el camino.
No me molesta esperar trenes
porque siempre tengo algo
que decirme en los descansos.
No me molesta no tener
la última palabra
porque las últimas palabras
para mi no existen.
No me molestan ya los mentirosos
porque soy inhabitable;
pasan, ven y salen.
No me molesta nada
por momentos
porque con nada ando
de todo aquello que no vale.
de soledad que trae
filtrar la vida de ese modo.
A veces me molesta,
otras no lloro
sólo veo llover.
Fotografía J. Boer