"No, mejor hacé fideos y una salsa con este perú" y me mostraste medio tomate perita con unas bolitas adentro parecidas a la pimienta en grano.
"Ah, yo no sabía lo que era un perú", te dije.
Rarezas de los sueños.
Ni bien me levanté por la mañana pude tomar la decisión y entonces saqué el pasaje.
Se ve que necesitaba la sensación de tu cocina para poder volver a casa.
No me acuerdo bien cuando te moriste, yo ya estaba acá, pero si no me equivoco ahora tendrías unos ciento cuatro años.
Vuelvo a casa, Nona, por decirlo de alguna manera.
Ya sabés que "casa" es una forma de decir, hoy me importan poco los lugares.
Yo vuelvo a ese espacio que me faltó durante todos estos años.
Estabas linda, como siempre... y esta vez yo te cocinaba.
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5 comentarios:
Cada lagrima que se me cae es por los años que no te veo, por ese vacio que tengo y por esa cocina en la que alguna ves soliamos entrar corriendo para darle un beso y decirle " hola NONA".
SON MUCHAS LAGRIMAS QUE SE CAYERON...
No sé cómo llegué aca....pero me pareció hermoso lo que escribiste. Yo también extraño a mi Lela...
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Tengo más buenos recuerdos que nostalgia, tal vez.
gracias!!!
muy bueno che!
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