Que a nadie se le ocurra purificarme.
La vida bella tal vez me aburre.
No me muestren los pájaros que soy fóbica,
ni la luna porque está muy lejos.
La nieve tapó todo sin preguntarle a nadie
mientras dormíamos,
vi al espacio rendido, aplastado
y me encantó,
sobretodo aquel pájaro estúpido
que intentaba cubrirse bajo una hoja,
tan solo una hoja.
Los árboles que lloraban por hojas verdes
las tuvieron blancas, pesadas,
y los que no lloraban también.
Pisé las pocas tumbas de Hix,
se me cayeron los hombros
y no pensé por un segundo,
con eso ya me basta .
Dibujé el camino de Santiago
en la pared para que otro lo haga.
No me purifiquen a mí
si el cielo enterró viva a la tierra
y yo aquí.