LA BOLSA
El dolor ajeno
es inimaginable
pero podría compararlo
con una gran bolsa negra
en el medio del comedor
que al abrirla
lo más insignificante
lo más inocente
comienza a disparar
y esquivando los tiros
de un simple cepillo de dientes
hay que empezar a guardar las cosas
en su lugar real,
aquel en el que las cosas
son simplemente cosas
y no cobran vida
lugar en el que las chinelas
no duelen
porque no están de paso.
Un cuarto de yerba
entre la ropa,
una bombilla y un par de gorros
toman el peso de un dinosaurio
que en un torpe viaje
va aplastando
lo mejor de la historia
mientras arrastra la bolsa;
seguramente sin darse cuenta
porque el dolor ajeno
es inimaginable
2 comentarios:
Bueno, mucha gente lo imagina, para dar lastima, diciendo que obviamente su dolor es mucho peor.
si es cierto eso, hay gente que hasta compite con el dolor.
Y la palabra imaginar está muy bien puesta, porque es imposible sentir lo que siente el otro apenas podemos imaginarlo un poco.
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