domingo, 22 de marzo de 2009

La bolsa

LA BOLSA
El dolor ajeno
es inimaginable
pero podría compararlo
con una gran bolsa negra
en el medio del comedor
que al abrirla
lo más insignificante
lo más inocente
comienza a disparar
y esquivando los tiros
de un simple cepillo de dientes
hay que empezar a guardar las cosas
en su lugar real,
aquel en el que las cosas
son simplemente cosas
y no cobran vida
lugar en el que las chinelas
no duelen
porque no están de paso.
Un cuarto de yerba
entre la ropa,
una bombilla y un par de gorros
toman el peso de un dinosaurio
que en un torpe viaje
va aplastando
lo mejor de la historia
mientras arrastra la bolsa;
seguramente sin darse cuenta
porque el dolor ajeno
es inimaginable

2 comentarios:

Ezequiel dijo...

Bueno, mucha gente lo imagina, para dar lastima, diciendo que obviamente su dolor es mucho peor.

Claudia Brancati. dijo...

si es cierto eso, hay gente que hasta compite con el dolor.
Y la palabra imaginar está muy bien puesta, porque es imposible sentir lo que siente el otro apenas podemos imaginarlo un poco.

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