Yo estoy aquí,
vacía,
y no es un mal estado tal vez.
Tengo la piel
un poco de carne,
un hueco enorme,
y hay aire
que circula,
sube y baja
por el cuerpo
pero en la cabeza,
nubes
de gelatina blanca.
Hay cosas que van cayendo
adentro
como moneditas
en una alcancía.
Espero poder seguir firme
en la decisión de llenarlo todo
con aire nuevo.
Es el amor que se va,
es eso.