Yo sé que me vas a dar la mano
cuando intenten llevarme un poco lejos por un rato
y nunca tanto, nunca tan lejos
porque lo nuestro no es de aire es de abrazo inmenso,
es de manos de amor profundo, piel de ojos.
No sabemos morir, nunca aprendimos.
Nada de flotar en el espacio, de recordarnos.
A nosotros nos basta el perímetro de un dedo y el café más cercano,
la profundidad de estar parados, el hueco de mi colchón,
innumerables ensayos sobre culos y algunas tetas
que nos llevan de viaje al mismo lugar,
al punto de partida,
porque siempre estamos partiendo a alguna parte de nosotros
que se le escapa al otro, que se le oculta y no la dejamos,
de pura manía, de puro cuerpo amor por conocer.
Sé que cuando vuelva y abra los ojos vas a tocarme
y nunca se me va ocurrir salir de la profundidad de la piel nuestra,
eso te lo juro.